Luces, estallidos, las palabras aminoran sutílmente las contemplaciones mentales,
deseosas de una verbalización extrema. abordan el llanto, lo transforman en odas,
en caricias sinfónicas, en papeles en mi cuaderno, en palabras bonitas.
Pero ¿que?, ¿que?, ¿QUE?, No entiendo.
¿Acaso es necesario que se entienda?
No es la contemplación, no es la sutileza, la ira o el amor.
¿Qué es?
Es un MI, un SI, son mis manos que tapan mis ojos, o son mis manos que tapan tus ojos,
o son tus manos que me golpean con palabras, palabras que se transforman en llanto,
en palabras desesperadas, en contemplaciones absurdas, en retratos escritos, en vidas falsas,
en un maldito poema.
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